Introducción
Andrés es un alfarero tradicional de toda la vida, entre el barro se crio y entre el barro sigue, de los pocos que quedan que utilizan el barro autóctono que se extrae de los “barreros” del término de Salvatierra de los Barros y sigue la tradición de sus ancestros en el oficio.
Viene de familia de alfareros que también se dedicaron a este oficio “noble y bizarro”, frase que reza en un verso dedicado al Primer Alfarero. Comenzó Andrés a trabajar en el oficio cuando salió de la escuela. Tendría unos 14 años de edad cuando empezó a empellar el barro –primer trabajo que se le encomendaba a los principiantes de entonces-, su maestro fue Alejandro su padre y, desde entonces continúa en la brecha en su taller alfarero a pesar de los años transcurridos, eso sí, (ya lo hemos dicho) utilizando los mismos métodos y técnicas que son tradicionales y caracteriza a la alfarería de Salvatierra de los Barros como puede ser la utilización del barro autóctono que sigue colando de la forma tradicional, sacando de sus manos unas maravillosas piezas a las que les imprime su sello particular, después de haberlas cocido con leña en el horno que desde siempre han venido utilizando los viejos alfareros salvaterreños.
Por esta dedicación especial y la difusión de la alfarería de Salvatierra de los Barros en los diferentes mercados de España bajo el sello de calidad de la Artesanía de Extremadura, fue nombrado en el año 2004 Maestro Artesano Alfarero cuyo título le fue otorgado por la Consejería de Economía y Trabajo de la entonces Junta de Extremadura.