Dedicarse a la artesanía es un gran reto, aunque también es una labor muy gratificante. En este artículo os señalaremos cuáles son los errores comunes en la artesanía, para que no tropecéis con la misma piedra que muchos otros. Ya se sabe, aunque seas el mejor en lo tuyo, es probable que no consigas vivir de ello, ya que un negocio es mucho más que talento y dedicación.
Los errores más comunes en la artesanía suelen ser los siguientes
1. No planificar el proyecto.
Empezar en el mundo de la artesanía requiere, como cualquier negocio, planificación. Este es uno de los errores en artesanía que, por la naturaleza del negocio, se descuida.
Normalmente un artesano primero fabrica sus productos y luego trata de venderlos, no obstante, es probable que tu producto ya lo fabrique alguna multinacional o que incluso otros artesanos reconocidos estén especializados en su elaboración.
En cualquier caso, antes de dar el paso de hacerte con tu propio espacio de venta, necesitarás un plan de negocio detallado.
El plan de negocio es un conjunto de pautas y objetivos que te permitirán poner en marcha tu producto, de forma que cada paso de tu proceso de venta esté muy bien previsto y tengas en cuenta todos los aspectos de tu empresa.
2. No tener en cuenta el tiempo que se necesitará para completar el proyecto.
Y más en artesanía. Otro de los errores comunes en la artesanía es no tener en cuenta el tiempo que se necesitará para completar el proyecto puede resultar en una situación en la que se necesite más tiempo del anticipado, lo que podría retrasar el proyecto y causar problemas.
En ocasiones los artesanos reciben más pedidos de los que asumen regularmente, y esto normalmente les hace caer en el error ético de trabajar más de lo que deberían. Esto repercute en nuestra salud, baja nuestro autoestima a largo plazo y convierte una actividad lucrativa en una cárcel de oro.
En otras ocasiones, la mala o nula planificación muestra sus primeras consecuencias negativas cuando no somos capaces de cumplir nuestros plazos de entrega. Somos artesanos y eso nos permite transmitir que los productos requerirán un mayor cuidado y mimo en su producción, pero no debemos atribuir a nuestra actividad defectos de nuestro modelo de negocio, como puedan ser una mala elección de proveedores o la falta de organización para llevar a cabo nuestros trabajos. Ser humilde es el primer paso para mejorar.
3. No tener en cuenta el costo de los materiales necesarios.
En nuestro otro artículo te indicamos cómo marcar el precio correcto de tus productos. Es fundamental tener un control sobre los gastos de nuestra actividad para marcar un precio rentable por nuestro trabajo, ya que si nuestro negocio nos gusta mucho pero no es rentable, podremos dedicarnos a él mientras duren nuestros ahorros. Es fundamental, y más en un negocio artesano, tener claro todos estos aspectos antes de emprender la fabricación de ese producto con el fin de comercializarlo. Recuerda, es bueno no mezclar el amor con los negocios.
4. Poca o nula promoción, otro de los errores comunes en la artesanía
La mayoría de empresas dedicadas a la artesanía son unipersonales o cuentan con uno o dos empleados. Ello se traduce en que el artesano o artesana normalmente es el único jefe/empleado, lo que supone concentrar todas las tareas en sí, el conocido ‘hombre orquesta’. Esta situación, que obliga al artesano a asumir no solo su propia actividad, sino también la supervisión, administración, contabilidad,… y un sinfín más de procesos internos dentro de su negocio, suele dar lugar a caer en el frecuente error de dejar la promoción para más otro momento o incluso ignorarla.
Sin embargo, la promoción es una de las primeras etapas a la hora de lanzar un producto. Conviene hacer una pequeña planificación de la promoción, ya que de no hacerlo, puede que no tengamos fuerza de venta, y un negocio que no vende, es un negocio que durará poco tiempo.
En este punto hay que tener en cuenta cuáles son los medios en los que vamos a usar para promocionar el producto. Si contamos con un presupuesto limitado, puede que nos interese usar redes sociales o una página web (internet es la forma más barata posible de vender tus productos y de promocionarlos).
No será la primera vez que, tras diseñar un producto y dedicar cientos de horas de trabajo en él a trabajar en él. Sin embargo, cuando se ha acabado, el producto no logró el número de ventas que se esperaba porque no se había realizado ningún tipo de promoción, resultando en pérdidas para el artesan@. Ir realizando una promoción constante de nuestros productos, tanto en redes sociales como en nuestra web, nos ayudará a poder conseguir más ventas. No solo nos ayudará a conseguir más clientes, sino que también conseguiremos que el producto se distinga ya que el cliente verá que se hace esfuerzo para promocionar el producto y esto va a ayudar a que el cliente también lo valore.
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