Ciudad de las aves
Badajoz es la única gran ciudad extremeña que cuenta con una ZEPA (Zona de Especial Protección de Aves) de carácter urbano que la atraviesa, por lo que todo son ventajas para la observación de aves.
Badajoz cuenta con una ubicación privilegiada para la práctica del birding y por ello comienza a despuntar como importante destino ornitológico europeo. Tanto la diversidad de los hábitats que la circundan como la posición en el punto de inflexión donde el Guadiana toma la dirección norte-sur, que coincide con el sentido de las rutas migratorias de muchas especies, la hace destacar sobre otros destinos ornitológicos.
Sin salir de la ciudad pueden observarse algo más de ciento cuarenta especies de aves a lo largo de todo el año, algunas de ellas auténticas rarezas. Prepárate para disfrutar de especies como la garza real, garcilla cangrejera, cernícalo primilla, morito común, cormorán, rabilargo y un largo etcétera.
Ciudad encendida
Badajoz puede presumir de su cielo gracias a una singular luz natural. La atmósfera que se genera por las características físicas del territorio, dan como resultado miradores que ofrecen paisajes abiertos, limpios, donde la luz en su hora azul (horas crepusculares del día en la que el sol aún no se deja ver o acaba de desaparecer) regala una generosa y sorprendente gama de colores que pasan alternativamente de fríos a cálidos, que transmiten sensaciones inesperadas en cualquier ámbito urbano.
En ese contexto, Badajoz ofrece una serie de actividades nocturnas durante todos los fines de semana del verano, intrínsecamente vinculadas al significado de la luz; desde la apertura de monumentos o visitas guiadas singulares con pinceladas artísticas con actores y músicos, a otras como espectáculos intimistas en vivo durante la hora azul, cello y piano con performances artísticas variadas, e incluso actividades de yoga, contemplando privilegiadas vistas al amanecer o al anochecer.
Saborea Badajoz
El privilegiado entorno natural en que se asienta Badajoz, cabecera de las Vegas del Guadiana y refugio de la mayor extensión de dehesa del mundo, junto a su historia multicultural, hacen de la ciudad un destino con un extraordinario potencial gastronómico.
La dehesa, plagada de encinas y alcornoques cuyas bellotas son el alimento que hace único al cerdo ibérico, constituye un espacio en el que hombre y naturaleza conviven en perfecta armonía, donde habitan razas autóctonas como la ternera, el cordero y el mencionado cerdo ibérico, cuya calidad e identidad propia queda reconocida bajo el sello D.O. Jamón Ibérico Dehesa de Extremadura.
La riqueza de las tierras de Badajoz permiten disfrutar de vinos de gran calidad, como los etiquetados bajo la D.O. Ribera del Guadiana, siendo
también la cuna de una gran variedad de frutas, verduras y hortalizas.
La oferta gastronómica de la ciudad tiene a su disposición una despensa natural única, una alacena cargada de productos autóctonos de extraordinaria calidad sobre la que se asienta una cocina de base tradicional, que no pasa desapercibida para nadie.
La variedad de la actual cocina pacense tiene su origen en tres vertientes culinarias tradicionales, la cocina de la dehesa, la cocina pastoril y la cocina rayana, las tres fuertemente ligadas al entorno y a los recursos naturales que éste produce. Si sumamos a todo ello la influencia de la cocina portuguesa, cuyos platos más característicos se han asentado en la oferta gastronómica de la ciudad, obtenemos un mosaico gastronómico de sabores único e inigualable.
Fuente Turismo de Badajoz